Soy una mujer de Guadalajara
- Diana Lepe, Serapaz, Ciudad de Mexico
Mi rol ahora es liderar a otros y otras en una organización reconocida por la sociedad civil en México
Lo más retante de ser mujer, hasta ahora, ha sido que, frente a los obstáculos y violencias vividas, pueda ser yo tratada con dignidad, sin miradas de lástima y sobre pasándome a mí misma para seguir adelante, y evitar anclarme en la etiqueta de la “víctima” que se queda inmóvil.
En este camino celebro las manos amigas que con amor han acompañado mi andar, algunas siguen estando, otras se han ido. Todas ellas son las que me han permitido seguir apostando por los senderos que invitan a animar la vida.
Soy una mujer de Juarez
- Irasema Guzmán Jimenez, Ciudad Juarez
La bendición más grande que he obtenido es que sirvo como pastora en una congregación. Con otras mujeres manejamos conferencias, desayunos, fomentamos la unidad a través del conocimiento de la Escritura. También dirijo un ministerio de mujeres fuertes en tiempos difíciles sirviendo a reclusas, respondiendo a algunas necesidades de alimento, ropa, apoyo espiritual; algunas de ellas son madres y en la injusticia de este país tienen sus bebes dentro de la penal y luego son separadas de sus hijos. También participo en un programa de radio fomentando valores. También doy clases de teología, hermenéutica, homilética y soy consejera. Me he preparado por más de 18 años. He logrado terminar dos licenciaturas y una maestría en consejería pastoral.
Fui una niña dejada por su mamá, sin conocer a mi papá. En mi trasfondo de vida he pasado por pandillas, narcotráfico, prostitución, drogas y alcohol. Lo más retante y complicado para mí es el no ser aceptada en algunas congregaciones por el hecho de ser una mujer sola. En el ministerio con las reclusas he enfrentado problemas serios con amenazas, intentos de muerte. Muchas veces me canso y quisiera renunciar. A veces me piden que de algo de donde no tengo para dar. Pero cada vez recuerdo por hoy soy una mujer transformada por Dios y su mensaje, madre de tres hijos, abuela de cuatro nietos y decidida a seguir apoyando a más mujeres que sé que pueden salir adelante sin importar su pasado.
Soy una mujer de Veracruz
- Perla Del Angel, CAME, Agua Prieta
Soy defensora de derechos humanos de las personas en movilidad desde hace casi 13 años. Colaboro en varias áreas de las organizaciones de la sociedad civil, CAME y CRM, en Agua Prieta, Sonora, principalmente en vinculación y generación proyectos. Soy madre de una pequeña sabiduría de 7 años y esposa de un hombre a quien admiro.
Lo más retante de ser mujer en mi vida ha sido reconocer y no reproducir en mí ni en mi entorno las formas de machismo “normalizadas” en nuestra sociedad; no ser indiferente ante el sufrimiento que causa ese tipo de violencia y ser respetada y valorada por mi trabajo.
Lo que más celebro de este camino es llegar a una de las reflexiones más importante que es reconocer los privilegios que he tenido en mi vida y que me han permitido desarrollarme en lo que ha deseado mi corazón y de esta manera tener la alegría de poner mis talentos al servicio de una población que a menudo pasa por condiciones que les vulneran su vida y dignidad. También celebro el encontrarme con personas de gran corazón que aman a la humanidad y desean, como yo, un mundo más justo y en paz.