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Honuras fence

Por Ilich Aviles, un YAMENero de Nicaragua, que vive en Honduras. 

Hoy amanecí renovado luego de un fin de semana  de mucho compartir con mis comunidades, disfrutando de diálogos, caminatas, mudanzas y juegos que me llenaron la vida y me hicieron vivir el amor en su plenitud. Me recordaron cómo ser amado y amante, capaz de recibir y dar todo el amor que se me ponga enfrente.

Este fue mi fin de semana… este es mi Lunes:

En la parada de buses, dos rapiditos no se detuvieron y junto a mi mamá anfitriona caminamos un poco más de lo habitual para poder abordar un rapidito. Cuando por fin lo abordamos, estaban dentro dos jóvenes de la iglesia que nos recibieron de una forma afectuosa y alegre. Fueron mi paz en  medio de la frustración del transporte en los RAPILOCOS.

Caminando hacia el taxi colectivo para 6 de mayo, iba en medio de la carretera y un bus pasó salpicando agua sucia de un charco, mojándome los pantalones, los zapatos y una fotocopias que llevaba en la mano. Por dentro gritaba “ Son of a Bogotá!!” pero seguí caminando y en mi agitado andar, observé que la calle estaba rodeada de policías militares que miraban con cara de agresivos y con desconfianza; quise decir “buenos días”  a uno de ellos, pero me detuve al observar que su mano estaba lista a tirar del gatillo del rifle ante cualquier incidente. Lo miré y temí el solo mantener miradas con él.

Llegué al colectivo ansioso para que se llenara rápido (total de 4 personas y yo era el único) y así poder estar a tiempo en el centro de tutorías; en menos de 5 minutos  llegaron las otras 3 personas, ellxs fueron mi suspiro de paz ante tanta indiferencia en el camino, a cada unx pude decirles “buenos días” y tener la dicha de una amable contestación, con sonrisa incluida.

Como es común en los colectivos, se armó el diálogo entres personas desconocidas  y el tema central fue el número de policías militares en las calles y cómo a pesar de eso, la delincuencia no disminuye sino que va en aumento. Luego mencionaron dos hechos importantes en el fin de semana:

–  Los policías mataron a 2 jóvenes miembros de maras [pandillas] el fin de semana.

–  Las maras mataron a una mujer el sábado por la noche

Continuaba la pregunta que tanto me aterrorizaba: ¿Dónde?

En la Rivera Hernández y en 6 de Mayo.

Justo a unas pocas cuadras de donde yo me dirijo cada mañana a realizar mi trabajo voluntario de CCM.

Seguí escuchando y sintiendo temor; pero en ese instante uno de los pasajeros me pregunta: “Usted es maestro verdad?, porque así parece y veo que siempre se baja después de mí en el colectivo; ya varias veces he venido con usted”

Yo no recordaba la cara de este señor, no me había percatado de que en varias ocasiones habíamos venido juntos y compartido el taxi colectivo, pero sus palabras  fueron profundas para mí… “así parece” “varias veces he venido con usted”.

Un mapa del equipo de CCM en Honduras

Esas palabras fueron mi paz, pensar en mi identidad que otros pueden apreciar a simple vista y tienen la confianza para confirmarlo, y también el saber que no soy un desconocido sino que la gente me reconoce y puede platicar conmigo; que a partir de ahora podría disfrutar mi camino a 6 de mayo sin ir pensando en el peligro o la inseguridad a cambio de una buena platica con alguien conocido o desconocido.

Cuánto tiempo perdí por no ver a mis acompañantes de colectivos!!! E ir viendo por la ventana a la defensiva lo que pueda ver pasar.

Hoy mismo me pasó eso, cuando ya solo íbamos 2 en el colectivo observé por la ventana a un hombre filmando con su cámara, al parecer era un periodista, el otro pasajero dijo:”ahí está el muerto”.

Mi mente reaccionó al instante y sentí ese momento decisivo; mi vida en Honduras no sería lo mismo después de ver una evidencia de la violencia e inseguridad del sector; sentí temor y una parte de mí se negaba a ver, aun con la conciencia de lo que ahí podría haber, la otra parte de mí quería confirmar hechos y observar.

El taxi pasó y obedecí a esa parte de mí que quería observar, y no había nada más que un caballo con una carreta. Ese fue mi grito de paz. Los tres en el colectivo reímos pensando en lo interesante que era grabar a un caballo llevando a cuestas una carreta; aunque por dentro sabia que frente a ese caballo está un centro de salud, y que dentro de este centro posiblemente había uno de los cuerpos sin vida de dos víctimas que hubieron esta mañana por un asalto. Una vez más mi ingenuidad provocada o lo que he llamado: “demencia intencional”, fue mi paz.

Cuando llegué al centro de tutorías, observé que la puerta principal estaba cerrada porque la educadora no había llegado; pensé en lo riesgoso de esperar fuera del centro luego de estar al tanto de las noticias del fin de semana; pero en eso una de las niñas del centro me gritó “Ilich” con un fuerte abrazo! Esa fue mi bienvenida! Me sentí tan bien! Se fue todo pensamiento  en ese abrazo, la vida me volvió en el abrazo de esa niña. También me dijo cómo entrar ya que uno de los portones si estaba abierto y ahí esperamos un ratito a la educadora.

Al llegar la educadora, me confirmó todo lo que había pasado el fin de semana y la mañana de hoy… al compartirle que ya sabia de las noticias, me preguntó que donde lo había visto, si en la TV, periódico o internet. Mi respuesta fue: “en el colectivo”.

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Pensar en que esta guerra está tan densa y oscura que toda la gente la vive y habla de ella me dio mucha desesperanza, quizá hasta pesimismo, pero los niños me recordaron que: HOY ES LUNES!!!

Para mí los lunes son mas o menos así, con actualización de noticias del fin de semana y un “sube y baja” de emociones, hasta que los niñxs dicen: HOY ES LUNES!!!

Ese grito es la esperanza que alimenta mi semana! Hoy lunes es el día de cantar, bailar, orar y aprender de la biblia. El día de hoy no tenemos clase de reforzamiento escolar  sino que los 3 grupos de cada turno se unen para un tiempo de educación en la fe, jugando en cuerpo y alma.

Ante tanta guerra hay tanta paz!
Ante tanta maldad, hay tanta humanidad!
Eso hace de la vida un terreno de esperanzas y desesperanzas que me llevan a Jesús
El vino y pan
El dolor y la alegría.

Paz en medio de la guerra

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