Amy Martens es investigadora asociada en el departamento de Planificación, Aprendizaje y Respuesta a Desastres del CCM. Su articulo fue publicado originalmente en Intersections, Verano 2017.
El cambio climático ya ha producido impactos negativos significativos en las personas y en el medio ambiente, incluyendo el aumento del riesgo de catástrofes relacionadas con el clima. Las comunidades, gobiernos y organizaciones no gubernamentales emplean estrategias de adaptación y mitigación para responder a los riesgos del cambio climático, tratando de limitar los impactos negativos futuros y haciendo posible que las comunidades le hagan frente a los efectos adversos. ¿Cuál es la responsabilidad de las agencias de alivio, desarrollo y construcción de paz tales como el CCM que trabajan en las comunidades afectadas por el cambio climático para responder al mismo mediante la adaptación y mitigación?
Peligros, riesgo y vulnerabilidad al desastre son conceptos que se entrecruzan, pero son fundamentales para entender los enfoques más amplios de la adaptación y mitigación del cambio climático. Los peligros, en este caso, se refieren a eventos adversos naturales tales como sequías, temperaturas extremas, deslizamientos de tierra o huracanes. Vulnerabilidad es un término utilizado para describir las características o circunstancias de una comunidad que la hacen susceptible a los efectos perjudiciales de un peligro, incluyendo la exposición al peligro y la capacidad de adaptarse a sus efectos. La vulnerabilidad está influenciada por una variedad de factores, tales como el género, edad, desigualdades en la distribución de los recursos, acceso a la tecnología e información, patrones de empleo y estructuras de gobernanza. El riesgo de desastre se basa en la ocurrencia de peligros y la vulnerabilidad a esos peligros. El cambio climático no sólo aumenta la frecuencia y gravedad de muchos peligros naturales, además los impactos del cambio climático aumentan la vulnerabilidad al disminuir la capacidad de las comunidades para hacerle frente a estos eventos adversos debido a la mayor imprevisibilidad de los fenómenos climáticos, aumento del desplazamiento, degradación de la tierra y otros impactos.
La mitigación y adaptación al cambio climático son dos estrategias complementarias para reducir y gestionar el riesgo asociado con el cambio climático. La mitigación consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano en un esfuerzo por limitar el cambio climático futuro. Las estrategias de mitigación incluyen cambiar de combustibles fósiles a fuentes de energía renovables, mejorar la eficiencia energética y de transporte y aumentar los “sumideros” de carbono mediante la reforestación. La adaptación es el proceso de ajuste al cambio climático real o esperado y sus efectos. Dentro de las comunidades, la adaptación significa evitar o disminuir el daño causado por los impactos del clima o aprovechar las oportunidades beneficiosas asociadas con el cambio climático. La adaptación incluye una variedad de actividades para reducir la vulnerabilidad, incluyendo la diversificación de los ingresos y medios de subsistencia, conservación de los suelos y agua, ordenación de los recursos naturales y provisión de redes de seguridad social. Además, la reducción del riesgo de desastres es una estrategia clave para reducir el riesgo mediante esfuerzos para analizar y manejar los factores que causan situaciones de desastre tales como reducir la exposición a los peligros, disminuir la vulnerabilidad de las personas y bienes y mejorar la preparación para los desastres.
El CCM está principalmente involucrado en actividades de adaptación al cambio climático apoyando a las comunidades afectadas actualmente por el mismo. Las actividades de adaptación tienen por objeto reducir el riesgo de desastres abordando diferentes aspectos de la vulnerabilidad dentro de las comunidades y fomentando la resiliencia para resistir, absorber, acomodar y recuperarse de los efectos de los peligros relacionados con el clima. El trabajo de adaptación del CCM incluye capacitación para las personas agricultoras en agricultura conservacionista, construcción de refugios resistentes a peligros y mejor acceso a agua potable.
El CCM también está involucrado en el trabajo de mitigación, incluyendo abogar por las políticas gubernamentales que abordan el cambio climático, alentar a los constituyentes a vivir de manera sencilla, expandir los esfuerzos para implementar iniciativas de sostenibilidad dentro de las operaciones del CCM en Canadá y Estados Unidos y asociarse con la Universidad Menonita del Este y Goshen College en la fundación del Centro de Soluciones Climáticas Sostenibles para avanzar el pensamiento y acción sobre la mitigación dentro de las comunidades de fe. A nivel internacional, parte de la programación del CCM incluye esfuerzos de mitigación tales como reforestación y educación sobre el cambio climático y sostenibilidad ambiental.
El cambio climático está debilitando los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en el sector del desarrollo a medida que trabajan para la reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, acceso mejorado al agua potable y otros objetivos del desarrollo. Las ONG de desarrollo están reconociendo la importancia de las estrategias de adaptación en la programación a medida que experimentan el impacto del cambio climático en la vulnerabilidad y riesgo de desastres. Si bien la adaptación es clave para reducir el riesgo asociado con los impactos del cambio climático, no aborda la causa fundamental del mismo. Tanto la mitigación como la adaptación son esenciales para una estrategia integral de reducción del riesgo climático.
Considerando la importancia de limitar los impactos futuros del cambio climático para apoyar el desarrollo sostenible, ¿qué papel deben desempeñar las ONG en los esfuerzos de mitigación? Como ministerio de iglesias en Canadá y Estados Unidos, el CCM representa a congregaciones en países que contribuyen significativamente al cambio climático y es en sí mismo un contribuyente de emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Hasta qué punto el CCM es responsable de la mitigación, tanto en lo que respecta a sus operaciones internas como a sus constituyentes ubicados en Canadá y EE.UU.?
Si bien la responsabilidad del CCM para la adaptación al cambio climático es inherente a sus prioridades de alivio en caso de desastre y desarrollo comunitario sostenible, el CCM continúa explorando su papel en la mitigación y oportunidades para un mayor compromiso en asuntos de cambio climático. A pesar de que el CCM emprende una serie de iniciativas para proteger sus operaciones, el CCM debe discernir cómo equilibrar el énfasis en los esfuerzos internos de mitigación con el deseo de implementar el programa de manera efectiva y asignar recursos eficientemente. El CCM se pregunta cómo puede asociarse mejor con otras organizaciones de ideas afines para involucrar y movilizar a las congregaciones para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Como sugieren las recientes conversaciones convocadas por el Centro de Soluciones Climáticas Sostenibles, el CCM tiene la oportunidad de unirse a otras organizaciones para abogar por políticas que aborden el cambio climático, movilizar a sus constituyentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y utilizar su trabajo internacional de adaptación como plataforma para propulsar la acción relacionada con el clima conectando a los constituyentes norteamericanos con las comunidades afectadas por el cambio climático.
El trabajo del CCM está cada vez más conectado con el impacto del cambio climático en los peligros y vulnerabilidad dentro de las comunidades de todo el mundo. Para ser fiel en su misión de alivio, desarrollo y construcción de paz en el nombre de Cristo, el CCM debe considerar cuidadosamente la mejor manera de responder a los riesgos del cambio climático, al tiempo que evalúa su papel en los esfuerzos de adaptación y mitigación.