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José Antonio Vaca Bello está casado y tiene dos hijas. Él es miembro de la Iglesia Menonita desde hace más de 25 años y ha desempeñado diferentes responsabilidades en ella a nivel local y nacional. Actualmente hace parte del equipo de apoyo de la iglesia a cargo de la tesorería. Desde su época de estudiante universitario siempre ha estado interesado en el tema ecológico-ambientalista. Amy Eanes de CCM Colombia se sentó con él para una entrevista sobre temas de minería y la iglesia Menonita en su ciudad de Ibagué, Tolima, Colombia.
Explica un poco sobre la situación de la minería en Ibagué.
Desde hace unos años se dio marcha a lo que se llamó la locomotora minera, un proceso de concesión de títulos mineros a grandes multinacionales como una medida para impulsar el desarrollo económico del país. Desafortunadamente se otorgaron de manera desmedida y sin ningún tipo de control títulos mineros afectando grandes áreas de nuestro territorio incluso en zonas protegidas como los páramos. Particularmente en el municipio de Ibagué se otorgaron y están solicitados títulos sobre más del 53% de nuestro territorio, la mayoría de ellos en zonas delicadas como los páramos del parque de los nevados y la cuenca del Rio Combeima, de donde proviene la práctica totalidad del agua que consumimos, lo cual pone en peligro nuestro derecho al agua de calidad.
¿Cómo ha estado involucrado la Iglesia Menonita de Ibagué en estos procesos?
Una de las empresas que posee más del 73% de los títulos mineros en nuestro municipio es la sudafricana Anglogold Ashanti (AGA), la cual desde hace 10 años empezó el megaproyecto minero denominado La Colosa, en el vecino municipio de Cajamarca conocido como la despensa agrícola del Tolima, pues es de este municipio que proviene la mayor parte de nuestros alimentos. Inmediatamente empezaron la fase exploratoria, muchas organizaciones ambientalistas nos advirtieron de las consecuencias negativas de este proyecto, en especial sobre los recursos hídricos, pero también con las implicaciones socioeconómicas sobre la población. Eso motivo manifestaciones de rechazo conocidas como la Marcha Carnaval, expresiones culturales, creativas pacíficas y de amor por el territorio, a la madre tierra que nos proporciona lo fundamental para vivir, rechazando la mega minería contaminante que trae muerte en toda su expresión y que este año realizó su octava versión. Desde la tercera marcha un grupo de jóvenes de la iglesia y algunos de los miembros con interés en el tema decidimos apoyar la marcha, realizamos pancartas de protesta con las leyendas “No a la mega minería” y “Vale más el agua que el oro, fuera AGA” las fijamos en el frente de la iglesia ubicada en la avenida por donde pasa la marcha y salimos a marchar.
¿Cómo ven ustedes este trabajo como parte de la misión de la iglesia? ¿Cuál es la base teológica para el trabajo que hacen?
Creemos firmemente que la salvación que Dios nos ofrece no es solo para el ser humano, sino para toda su creación, nos comenzamos a interesar en este tema en el año 2000 con ocasión de la celebración del Jubileo Bíblico cuando llego a nosotros un material de la organización Dimensión Educativa con el título ¡Descansar toda la Creación! La misión de la iglesia debe ser integral e incluyente, por lo que no puede centrarse solo en el ser humano, debe incluirlo a él con su entorno.
Un texto que bíblico como base teológica es Romanos 8:22-23 (DHH):
Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. Y no sólo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos.
Dios va a restaurar su creación, pero necesita un instrumento para hacerlo. Nosotros como personas de fe somos el instrumento que va a usar Dios para restaurar su creación.
¿Cuáles han sido y siguen siendo los desafíos para la iglesia en estos procesos?
El gran desafío es desarrollar conciencia en cada uno de nuestros hermanos, no es una tarea fácil para muchos el deterioro ambiental no es notorio o no lo ven como prioridad, frente a otras situaciones más apremiantes, como el desempleo y la pobreza, poco a poco hay que vencer la indiferencia y hacerlos conscientes de que, de lo que hagamos ahora dependerá el futuro de nuestros hijos e hijas.
¿Cuáles han sido los avances y logros del proceso?
Al principio fue difícil involucrar a la congregación, no somos una congregación grande, tenemos alrededor de 60 miembros y una asistencia promedio de 80 personas los domingos, sin embargo al comienzo solo unos cuatro jóvenes empezaron a involucrarse activamente y el resto no todos participan pasivamente. En las últimas marchas ya hemos logrado involucrar de 15 a 20 personas.
Se ha creado un movimiento social vinculado con muchas organizaciones diversas, ha adquirido poco a poco influencia política, que sirve para presionar cambios para que el gobierno tenga en cuenta el cuidado del medio ambiente, y el aspecto ambiental de proyectos de desarrollo. La elección del nuevo alcalde también ayudó a proteger el medio ambiente y las fuentes hídricas. Esta influencia permitió lograr tener un ambiente favorable para tener la consulta popular y la importancia que tiene, a pesar del lobby que ha hecho el AGA, financiando muchos programas, incluso fiestas y deportes.
Hablando de deportes, un movimiento de jóvenes de estratos populares se vinculó con el movimiento ambiental y han sido protagonistas en las marchas, incluso lograron retirar el patrocinio del AGA en deportes Tolima, presionando al dueño del equipo a no recibir financiación del AGA para mantener el apoyo de hinchada.
Todo esto creó el ambiente propicio para hablar del tema de la consulta popular sobre proyectos de minería y los derechos de la gente en las comunidades. AGA había recibido títulos mineros, pero el nuevo alcalde presentó el proyecto de presentar la consulta minera, y con la conciencia levantada, el concejo dijo que sí.
Por encima de lo que el estado central decida hacer con el subsuelo, debe primar lo que dice la población sobre los impactos. Hay que tener un argumento de peso político que presione para que el estado central no vaya en contra de las comunidades y su derecho de protesta y que obliga que se busque otras fuentes de desarrollo para las regiones como agropecuarias y el turismo.
Este movimiento ha tenido otros impactos, incluso cuestionando las prácticas de una mina de feldespato, y les ha tocado cambiar sus prácticas de usar dinamita en su proceso de extracción.
¿Cuáles esperanzas y proyecciones tiene la iglesia para el futuro?
Me gustaría que hubiese un grupo formal dentro de la iglesia donde podamos leer y vivir el texto bíblico con los lentes de la ecología y el ambientalismo, que pueda tener más espacio dentro del proceso formativo de la congregación, a través de los sermones y la enseñanza bíblica. Por lo pronto tenemos por delante el reto de involucrar a la totalidad de la congregación en la consulta minera, que ya ha sido aplazada dos veces.
Oren por la Iglesia Menonita de Ibagué y otras organizaciones involucradas en el proceso de reclamar su derecho de realizar una consulta popular sobre la presencia de proyectos mineros en sus comunidades. La consulta fue programada originalmente para el 2 de octubre, 2016, y luego fue aplazada hasta el 30 de octubre, debido a la programación del plebiscito sobre los acuerdos de paz para el 2 de octubre. Recientemente, la consulta se aplazó sin una fecha definida debido a objeciones al lenguaje de la pregunta de la consulta. Las iglesias y organizaciones involucradas están planeando una manifestación para el 30 de octubre para mostrar el apoyo público para la iniciativa.