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Andres Claassen es el Coordinador de Programas de Enlace de CCM Nicaragua
El 19 de julio de 1979, Nicaragua despertó al triunfo. Al huir del país dos días antes, Anastasio Somoza, el último en la dinastía de dictadores apoyado por EE.UU, cedió el poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Miles de nicaragüenses llenaron las calles para celebrar. Después de más de cuatro décadas de opresión, la esperanza de un futuro nuevo floreció.
Pero miedo que Nicaragua, bajo los izquierdistas los sandinistas, se convertiría en un punto de apoyo soviético en América, llevó EE.UU a financiar contrarrevolucionarios algunos años después del triunfo. Con el aumento de financiamiento, la lucha intensificó. En 1983, el gobierno sandinista aprobó la Ley del Servicio Militar Patriótico.
Los miembros de los tres conferencias anabautista nicaragüense, no inmune a la agitación social en su país, vivieron la revolución. Muchos empezaron a preguntarse sobre el rol de cristianos en la sociedad. Con el comienzo de la guerra y posteriormente la ley de servicio militar, los anabautistas empezaron a resumir su postura no-violenta y a proponer un servicio alternativo.
In 2013, CCM elaboró un video, El Camino es la Paz, para compartir sus historias. Oído a través de las voces de los individuos que vivieron este tiempo tumultuoso, este video es un testimonio poderoso que revisita la respuesta de las iglesias anabautistas a la violencia y guerra en Nicaragua.
Lily Coronado, una joven de la iglesia Hermanos en Cristo, al ver El Camino es la Paz, reflexionó que esta respuesta de las iglesias anabautistas ¨…fue una hazaña que permitió que varios jóvenes…no fueran a la Guerra.¨ Su abuela le contó que las iglesias durante esa época estaban llenas de jóvenes y el servicio alternativo permitió que más de ellos sobrevivieran.
Hoy, hay paz en Nicaragua. Pero la ausencia de guerra no significa la ausencia de violencia. Violencia en el hogar, en la calle, en la escuela—todo afecta a la sociedad. Las iglesias anabautistas hoy están enfrentadas por este desafío nuevo. Como dice Lily Coronado, ¨Como iglesia, nuestra tarea es inculcarles a las personas el amor entre hermanos y la paz para así vivir en una sociedad mejor en donde la violencia no sea una respuesta a cualquier problema.¨
Le invitamos a ver par sí mismo la respuesta poderosa de las iglesias nicaragüenses a la violencia en su sociedad.