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Por Rebecca Sears, Advocacy Coordinator, MCC Colombia

Esto ha vuelto una cosa anual: preocupación por los derechos humanos y impactos sociales de la Tratado de Libre Comercio Canadá-Colombia.

El Reporte Vacio del año pasado y la Falta de un Reporte este año

Por segundo año consecutivo, el gobierno canadiense no ha cumplido la promesa de producir un análisis sobre la situación de los derechos humanos en Colombia asociado con el Tratado de Libre Comercio, ratificado en agosto de 2011.
En mayo 2012 se publicó un “no-informe” diciendo básicamente que no había pasado suficiente tiempo para justificar un informe completo. Varias organizaciones no gubernamentales respondieron lanzando un contra-informe, analizando la influencia de Canadá en el sector minero, así como otras industrias.

Este año, el 14 de junio de 2013, justo antes de que el Parlamento termino para la vacaciones del verano, un breve informe salió declarando que básicamente no hay manera para monitorear las conexiones entre los derechos humanos y libre comercio.

Esto es muy decepcionante, tomando nota de que la promesa de una evaluación anual fue una de las razones principales que del Tratado de Libre Comercio fue aceptado por el Parlamento en primer lugar. Ratificado bajo un gobierno de mayoría, los principales puntos del acuerdo fueron diseñados bajo un gobierno de minoría, incluyendo el requisito de que el gobierno produceria un informe anual sobre los impactos en los derechos humanos – un requisito no negociable, propuesto por la oposición.

¿Por qué la preocupación?

Canadá es económicamente activa en Colombia, especialmente en las industrias extractivas, tales como petróleo, gas y minería. Más que 50% de las empresas extractivas que operan en Colombia tienen base en Canadá.

Estas industrias han aumentado exponencialmente en Colombia en los últimos años, dando a las empresas canadienses bastante influencia. Estas actividades económicas no sólo han crecido en tamaño, alcance y capacidad, en todo el país, sino que se han convertido en cosas muy polémicas y controvertidas.

Las raíces de la persistente conflicto armado está profundamente enraizada en la sociedad colombiana, que abarcan una amplia gama de factores, incluyendo la desigualdad económica, el control del territorio y los recursos naturales, y el poder política. Junto con la gran cantidad y variedad de recursos naturales, muchas industrias tenien fuertes vínculos con algunos de estos factors.

De acuerdo con un informe de 2013 del Contraloría General del Gobierno de Colombia, y citó una vez más por el Consejo Canadiense para la Cooperación Internacional (CCIC), una cantidad abrumadora de los desplazamientos forzados (87%), las violaciones de los derechos humanos en general (80%), los crímenes contra sindicalistas (78%) y las acciones contra las comunidades indígenas y afro-colombianas (89%) que son una parte del conflicto armado y la violencia general están ocurriendo en las regiones ricas en petróleo y minería.

El mismo informe expresa preocupación de que las industrias mineras y extractivas serán y han frenado y prevenido procesos de restitución de la tierra prometida en todo el país, especialmente en las regiones de valiosos recursos naturales.

La importancia del monitoreo

La expansión de estas industrias y la creciente influencia de grandes empresas multinacionales no es la causa toda el conflicto y la violencia. Hay múltiples factores arraigados en juego.
Comercio internacional y más específicamente los tratados de libre comercio, no son cosas totalmente negativas. Es demasiado pronto para decir.

Pero eso no significa que el gobierno canadiense no debería vigilar y explorar posibles impactos de las actividades economicas canadienses en Colombia, especialmente en regiones ricas en minerales y petróleo que están experimentando mucha violencia y son áreas donde las empresas canadienses son muy activas. Claramente, no es imposible tener algún sentido de los impactos de la participación de Canadá.

De hecho, debería ser una prioridad para encontrar alguna manera para monitorear los impactos sobre los derechos humanos de este acuerdo, según la declaración del Primer Ministro Harper al anunciar la ratificación de el Tratado de Libre comercio Canadá-Colombia:
“Colombia es un socio regional clave con Canadá en objetivos importantes – extender la democracia, promover los derechos humanos y mejorar la seguridad hemisférica”.

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